La cuestión
es que al seguir una dieta que no contemple aspectos nutricionales y que nos
haga pasar todo el día comiendo poquísimo, conlleva en muchos casos la
aparición de la ansiedad, que se manifiesta con una cena desproporcionada y
contundente.
Esto es un
círculo vicioso, que comienza con la escasa ingesta de alimento. El comer
poco hace crecer los niveles de ansiedad de nuestro organismo; aumentan por lo
tanto los niveles de adrenalina, lo cual nos hace controlarnos menos y comer
mucha comida durante la cena a causa de la adrenalina acumulada durante todo el
día, lo cual trae obvios e innumerables trastornos digestivos.
Es
importante por lo tanto balancear la comida durante todo el día. Se debe
de intercalar comida a lo largo de todo el día, pues no es nada saludable pasar
parte del día con hambre y la otra parte abarrotados de comida. El círculo
vicioso de la ansiedad es algo que si no se maneja con cautela es imposible
manejarlo.
En el siguiente vídeo encontramos una serie de consejos para controlar esta ansiedad.
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