Consiste en padecer a la vez diabetes de tipo 2 y obesidad. Se desarrolla cada vez más en todas las edades y su dificultad consiste en que los tratamientos no están consiguiendo los resultados esperados. Se hizo un estudio que fue publicado en The New England Journal of Medicine, en el cual, casi la mitad de los 699 adolescentes analizados no respondió al tratamiento.
Controlar la diabetes es fundamental, puesto que puede acarrear enfermedades del corazón, problemas en la vista y hasta imputaciones o insuficiencia renal. A mayor tiempo de sufrir la enfermedad, mayor riesgo de padecer estas consecuencias, por lo que es importante actuar (sobre todo en niños). En España se calcula que son casi 30000 chicos y chicas menores de 15 años que sufren diabetes.
Su elevada cifra se debe a los problemas de la obesidad infantil, mayor en los últimos años. Una alimentación deficiente, con déficit de frutas y verduras o pescado, y en la que los hidratos de carbono y grasas ocupan gran parte de la dieta, son los responsables.
Esto ha llevado a que se siga en niños el mismo tratamiento que en adultos. Pero al parecer los rápidos cambios hormonales de la pubertad actúan en contra del efecto de este tipo de tratamiento.
Del estudio, que duró 4 años, las conclusiones de los investigadores del Treatment Options for Type 2 Diabetes in Adolescents and Youth Study Group (Today), autores del estudio, revelan que el tratamiento ha perdido efecto en más o menos la mitad de los jóvenes estudiados.
Se sometieron a tratamientos con metformina y rosiglitazona y un programa intensivo de dieta, ejercicio y pérdida de peso. Los resultados fueron negativos en todos los casos y no sirvieron para controlar la cantidad de azúcar en sangre.
«Los resultados de este estudio muestran que sería bueno comenzar con un tratamiento más agresivo en jóvenes con diabetes tipo 2», explica Philip Zeitler. «Estamos aprendiendo que la diabetes tipo 2 es una enfermedad más agresiva en los jóvenes que en los adultos y que progresa más rápidamente».
Tampoco el cambio del estilo de vida ha sido la solución, añaden. De este modo, parece que la mejor solución es la prevención, con una buena alimentación y una dieta equilibrada.
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