sábado, 3 de noviembre de 2012

Adiós a la sonrisa bonita


Los trastornos alimenticios como la anorexia o la bulimia tienen, además de todas las consecuencias que ya hemos visto, consecuencias sobre la salud dental. 
Dientes gastados, caries, encías retraídas, hipersensibilidad...son algunas de las consecuencias que tienen esto trastornos, sobre todo cuando incluyen vómitos, que provocan daños a menudo irreversibles.
Desde los primeros años de la enfermedad aparecen lesiones de desgaste químico o mecánico. Aunque las más características están ligadas a los vómitos, la anorexia puramente restrictiva provocan igualmente alteraciones de los dientes. 
Las lesiones que pueden atribuirse a los vómitos se encuentran en el propio trayecto; afectan principalmente la cara interna de los dientes. El esmalte desaparece por completo en el lado interno. El diente se gasta en forma biselada y pierde altura.
Las crisis de bulimia y la alimentación particular de las personas con estas enfermedades, están expuestos también al reflujo gastroesofágico, a menudo por la noche, lo cual provoca nuevos ataques ácidos que pueden pasar desapercibidos. Estas lesiones se localizan a veces de un solo lado, en función de la posición al dormir.
La cara externa del diente también se puede ver afectado si el paciente consume muchas bebidas ácidas como algún refresco (para llenarse el estómago o provocar los vómitos), o bien al condimentar las verduras ya que suelen usar vinagre, zumo de limón o mostaza.
También sufre la parte triturante de los molares, sobre todo porque la saliva, a menudo insuficiente y/o de mala calidad a causa de la desnutrición, ya no logra neutralizar la acidez bucal.
Finalmente, en los enfermos de anorexia grave, las encías pueden retraerse y dejar expuestas las raíces a los ataques ácidos y al cepillado agresivo. Con la idea de purificarse o para no oler a vómito, algunos pacientes se cepillan los dientes diez o quince veces por día.
Además de todo lo citado anteriormente, las víctimas de los trastornos alimenticios consumen muchos productos ricos en azúcar cuando viven una crisis compulsiva, o bien sodas o leche azucarada para vomitar. De este modo, las caries aparecen rápidamente. 
A causa de la pérdida de esmalte, los dientes se vuelven más sensibles, dolorosos al contacto con el frío, los ácidos, los azúcares y a veces incluso el cepillado. Con el paso de los años los dientes disminuyen de tamaño y tienden a romperse.




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