Los que padecen este síndrome viven extremadamente pendientes de la compra, preparación, presentación e ingestión de platos exquisitos. Se produce una total dependencia de todo este proceso para quien lo sufre.
Este tipo de afectados son muy fáciles de reconocer, y casi nunca son conscientes de ello. De hecho, se suelen enterar debido a la asistencia al médico por cualquier otro motivo. Tampoco suelen estar gordos ni preocupados por su obsesión.
Fue descrito por primera vez en 1997 por los doctores M. Regard y T. Landis en la revista Neurology, donde publicaron su estudio.
En este estudio se demuestra que está relacionado con lesiones en el hemisferio derecho del cerebro, debido a que de los 36 estudiados, 34 presentaban daños en el córtex de este lóbulo, ganglios basales o en la estructura límbica.
Los síntomas más frecuentes son:
- Obsesión por la comida.
- Inconsciencia del problema.
- Desajustes metabólicos.
- Cansancio.
- Problemas de piel
- Desmayos.
- Déficit de numerosos nutrientes.
- Desinterés social, familiar y laboral.
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