Debido a la influencia de las culturas más occidentales, la
población de otras civilizaciones, especialmente aquellas que están más
desarrolladas (debido a su nivel adquisitivo), están
sustituyendo sus propias costumbres gastronómicas por las de las antes
mencionadas.
Los factores son varios: la gran cantidad de energía que
aportan al tener un alto contenido en carnes, su precio más o menos económico, la comodidad, su rápida elaboración… Esto último
es lo más representativo, y de ahí a que a esta comina se le denomine como “fast
food” (comida rápida).
Existen datos que demuestran la existencia de una relación
entre el consumo de esta dieta y la obesidad que se sufre en estos países, que
después acaba derivando en problemas graves como fallos cardiovasculares,
insuficiencias respiratorias, hipertensión, problemas psicológicos…
En Estados Unidos, lugar de nacimiento de cadenas de
restaurantes multinacionales como McDonald’s (que posee actualmente 31.000 restaurantes en 120
países) o Burger King, la tasa de obesidad es la más elevada del mundo,
y en los países con esta dieta está demostrado que hay una mayor cantidad de
infartos (1)
En el año 2004, un cineasta independiente estadounidense,
Morgan Spurlock, realizó y protagonizó un documental llamado “Super Size Me” (2),
en el que se pasa 30 días comiendo en McDonald’s. Al finalizar este período de
tiempo se pueden apreciar cambios muy grandes en su cuerpo, llagando incluso a
generar daños irreversibles en el hígado y problemas cardíacos.
También se intentó hacer otro acerca de la calidad de esta comida, comprobando
que un BigMac (hamburguesa mundialmente conocida) tarda 5 semanas en
descomponerse.
Tenemos que evitar el consumo de este tipo de comida y
llevar una vida sana y una dieta equilibrada para tratar de evitar problemas
muy latentes en el mundo como la obesidad mencionada anteriormente, especialmente
la infantil.
Más información:
Y aquí el vídeo del documental entero en castellano:
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