El pico es un trastorno alimenticio que provoca una
necesidad de comer o lamer sustancias
que no tienen valor nutritivo. Estas pueden ser de todo tipo, desde tierra (lo
más frecuente) hasta insectos, pasando por la pintura, el papel , cenizas de
cigarrillos…
Este trastorno afecta principalmente a los niños (debido a
su afán a llevarse cosas a la boca), mujeres embarazadas (en forma de antojos de
tiza o yeso debido a un déficit de calcio) y personas con problemas
psicológicos o mentales.
Los problemas que pueden causar al organismo son muy numerosos,
debido a que cada sustancia puede provocar la aparición de una gran cantidad de
síntomas, aunque los más frecuentes son dolor abdominal, diarrea y vómitos. Los
más graves son las que derivan de la ingestión de plomo o de excrementos de
animales.
Algunos nombres son: coprofagia (excrementos), geofagia
(tierra), litofagia (piedras), mucofagia (mocos), pagofagia (hielo) o
tricofagia (lana o cabellos).
Existen casos de lo más extraños, extrañas adicciones casi
inexplicables. Aquí podéis ver dos casos que me llamaron la atención:
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