Es una intervención quirúrgica que consiste en un corte que se realiza en el estómago de manera de crear una pequeña bolsa
gástrica de entre 10 y 30 centímetros. Ésta hará las veces de estómago,
reduciendo su tamaño considerablemente. Una vez que se ha realizado esa primera
etapa se une el nuevo estómago al intestino delgado. El remanente del estómago
queda intacto porque continúa recibiendo un flujo normal de sangre.
Es una intervención de tipo mixto, la pérdida de peso es mediante dos vías, la restricción de la ingesta
de alimentos y la disminución de su absorción. Es decir, no sólo se
comen menos alimentos gracias a la sensación de saciedad que se logra con un
estómago más pequeño, si no que también, producto del segmento de intestino que
los alimentos se saltan con el nuevo recorrido, se reduce la absorción calórica. De
promedio, se logra bajar el 70 % del peso que se tenía en exceso. El
procedimiento puede hacerse de dos maneras: por vía abierta o por laparoscopía
(tipo de operación que permite operar por medio del uso de una cámara de video,
sin necesidad de hacer un corte mayor en el paciente). Este tipo es el más
usado y el más recomendable ya que la recuperación es más rápida y las
cicatrices más pequeñas. La recuperación, para un paciente operado mediante la
técnica de laparoscopia, requiere de una hospitalización que va entre los tres
y cuatro días, además de un reposo de entre diez y quince días. A partir de ahí
el paciente puede retomar su vida normal e incluso realizar actividad física
controlada. Este procedimiento se aplica a personas que tienen un índice de
masa corporal (IMC) igual o superior a 40, y en casos de personas con
enfermedades asociadas, es suficiente con un IMC de 35. Recientes
investigaciones han demostrado que el bypass gástrico es una solución muy
beneficiosa para pacientes obesos aquejados de diabetes. Una vez que se someten
a la operación logran controlar positivamente su enfermedad y alrededor de un 90 % vuelve a tener niveles de glucemia plasmáticos normales por lo que no
necesita tomar medicamentos orales ni inyectarse insulina. En cuanto a sus
riesgos, son similares a los de cualquier intervención de este tipo, lo que
incluye sangramiento, infección y obstrucción. Sin embargo, siempre los riesgos
de ésta son menores que los que implicaría continuar viviendo con una obesidad
mórbida sin tratar. Además del objetivo primordial de esta operación, suele
traer de la mano otra serie de ventajas asociadas. Se ha establecido que la
hipertensión se cura en alrededor de un 65 % de los casos, y al menos
el 90 % mejora respecto de su situación anterior. En cuanto a la
diabetes, la cura en un 90 % y la mejora en el 100 %. También se han notado
contribuciones para terminar o aminorar los efectos de la artritis y el asma,
entre otras enfermedades.
En el siguiente vídeo se explica de manera sencilla en que consiste esta novedosa técnica cirúrgica del by pass: VÍDEO
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