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sábado, 10 de noviembre de 2012

Autoestima


Como ya hemos hablado en varias ocasiones en este blog, existe una relación entre los trastornos alimenticios y el estado de ánimo. Así pues, hablaremos sobre cómo fomentar la autoestima de los niños.
Lo primero que hemos de tener claro es que la autoestima es el conjunto de lo que percibimos, pensamos y sentimos, junto con nuestra forma de evaluar la realidad y nuestra forma de comportarnos hacia nosotros mismos. Por lo tanto, la autoestima es imprescindible para alcanzar el éxito y la felicidad en la vida, pues influye de forma muy determinante en nuestras relaciones personales y en nuestra forma de afrontar las distintas situaciones que se nos plantean diariamente.


Una autoestima baja puede influir muy negativamente en todos los aspectos de nuestra vida; algunos de sus síntomas son:
     -altos niveles de autocrítica
     -hipersensibilidad a la crítica (resentimiento)
     -indecisión crónica (miedo exagerado a equivocarse)
     -deseo excesivo de complacer a los demás
     -perfeccionismo o autoexigencia excesiva
     -culpabilidad neurótica

En los adolescentes una baja autoestima puede provocar trastornos psicológicos, trastornos afectivos, trastornos intelectuales, trastornos de conducta y trastornos somáticos (insomnio, anorexia, bulimia, alteraciones estomacales...).

Algunas recomendaciones para fomentar la autoestima del menor son:

  • ayudarlo a corregir sus errores, tener presente siempre que en la medida en la que los padres celebren todos sus logros y aciertos, se generará la confianza suficiente para que el niño pueda desarrollar con mayor facilidad sus actividades personales y se incrementarás sus habilidades sociales.
  • motivarlo a que aprenda a reconocer todas sus emociones frente a diversas situaciones. Un niño que sabe reconocer cómo se siente y es capaz de expresarlo y compartirlo, será congruente con sus actos y elecciones, lo cual favorecerá de alguna manera la empatía que tenga para con los demás.
  • Hacerlo sentir siempre especial, reconociendo sus logros y fortaleciendo todas sus habilidades. Los niños que se saben valiosos tendrán mayor calidad en la manera en la que se relacionan ; para estar bien con los demás es necesario primero estar bien con uno mismo.
  • Escucharlos y demostrar el afecto hacia ellos.
  • Es fundamental que los padres en conjunto con sus hijos, sepan reconocer sus fortalezas, pero sobre todo sus debilidades, ya que a partir de esto se empezará a reforzar la parte más débil de su personalidad.


martes, 23 de octubre de 2012

Trastornos alimenticios en la infancia





En la sociedad de hoy en día estamos viendo niños cada vez mas pequeños afectados por los desordenes alimenticios. La exigencia en los alimentos es normal en los niños, pero un trastorno de alimentación infantil es un problema mucho más grave que puede afectar el desarrollo físico y mental de un niño, según dicen los expertos.
Se estima que el 40% de los niños de nueve años ya han hecho dieta y niños de cuatro y cinco años están expresando la necesidad de hacerla. Los trastornos alimenticios son más peligrosos en los niños que en adolescentes y adultos, ya que pueden impedir el crecimiento permanente y el proceso del desarrollo normal
Los niños con un trastorno de alimentación infantil pueden consumir sólo tres o cuatro tipos de alimentos y rechazar grupos enteros de alimentos, lo que significa que no reciben suficientes calorías y nutrientes para el crecimiento y desarrollo saludables.
Algunos niños con trastornos de alimentación pediátricos tienen aversión a ciertas texturas y colores, mientras que otros niños tienen dificultad para alimentarse por sí mismos debido a un problema médico, psicológico o de desarrollo.
Las investigaciones sugieren que hasta un 10% de los lactantes y los niños tiene un trastorno de la alimentación infantil.

Los síntomas comunes de un trastorno de la alimentación infantil son los siguientes:
-          Un cambio repentino en los hábitos alimenticios que duran más de 30 días.
-          Ahogo o tos durante las comidas.
-          Fatiga inexplicable y pérdida de energía.
-          Un comportamiento perturbador durante las comidas.
-          Retraso en el desarrollo de habilidades necesarias para la auto-alimentación o consumir más texturas.
El diagnóstico precoz y el tratamiento de los trastornos de alimentación pediátricos son cruciales porque cuanto más tiempo la enfermedad permanece sin ser tratada, más compleja puede llegar a ser. En casos extremos, algunos niños requieren tubos de alimentación.

Podemos encontrar más información acerca de este tema en el siguiente documento:
Trastornos de la alimentación en la infancia