domingo, 21 de octubre de 2012

Síndrome del comedor compulsivo

No siempre hay explicación sobre el porqué de la existencia de un trastorno alimenticio, y por eso en la actualidad hay muchas investigaciones que lo intentan resolver. 

En esta entrada hablaremos sobre el síndrome del comedor compulsivo. Este síndrome se incluye casi en la totalidad de las personas que sufren obesidad, pero también lo puede padecer una persona con normopeso. También se suelen encontrar muchos casos de comedores compulsivos, en personas que recurren a dietas durante largos periodos de tiempo. 

Las personas que sufren este tipo de trastorno, pierden totalmente el control sobre su alimentación y por lo tanto tienden a pasar por episodios que no son capaces de controlar. Lo que sobresale de estos episodios, es la ingesta de grandes cantidades de comida es un pequeño periodo de tiempo, aunque su meta siempre es la búsqueda de la pérdida de peso. El síndrome del comedor compulsivo provoca en las personas que lo padecen, una gran obsesión por su peso.

En el caso de la bulimia nerviosa (comentada en entradas anteriores), las personas que la sufren experimentan conductas compensatorias despues del "gran atracón", como son los vómitos en este caso. En cambio, los comedores compulsivos, no experimentan este tipo de conductas. Lo que si experimentan son sentimientos de culpa, de angustia, de incomprensión, y hasta verguenza, lo que les induce a un nuevo atracón, lo que provocará que esas conductas formen parte de un gran círculo vicioso.

Lo grave del asunto, no es el simple hecho de ingerir grandes cantidades de comida, sino la repercusión que tiene esto en su salud, ya que puede provocarle a estas personas problemas como la diabetes, hipertensión, enfermedades cardiovasculares, obesidad severa (comentada en entradas anteriores), etc.

Todos nosotros alguna que otra vez nos dimos un gran atracón de comida, pero eso no quiere decir que padezcamos este síndrome. Para que se pueda englobar a una persona como comedor compulsivo, se tienen que dar las siguientes características:

  1. - Episodios frecuentes de atracones de comida.
  2. - No poder controlar la cantidad de lo que uno come.
  3. - Comer muy rápido.
  4. - Depresión. 
  5. - Comer aunque uno se sienta lleno.
  6. - Comer aunque no se tenga hambre.
  7. - Sentirse con culpa y depresión después de la comilona.
  8. - Problemas a la hora de dormir.
  9. - Falta de motivación.







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